¿Qué papel juega la cultura en el Islam?
Dr. Umar Faruq Abdallah
Pregunta:
Por favor puede aclarar cuál es el punto de vista del Islam respecto a que diferentes pueblos/gente mantengan su carácter nativo y su mentalidad, y estar orgulloso de ellos: quiero decir no en una forma mala que niega la validez de otros pueblos, sino simplemente apreciando lo que se les ha dado y cultivándolo como su herencia única?
¿El Islam realmente últimamente niega el valor del patrimonio nativo antiguo y cultivándolo en términos de lo que no va en contra de los principios Islámicos, como canciones decentes folclóricas y disfraces, símbolos y una mentalidad distinta irreductible y su correspondiente visión del mundo?
Lo pregunto porque veo que para muchos de mis compatriotas esto es un gran obstáculo para aceptar Islam: puede ser que en realidad, tal vez en parte inconscientemente están considerando Islam como algo ajeno a nuestra mentalidad, que viene de tierras árabes lejanas, adecuado para los árabes. Pueden ser que vean el aceptar el Islam como una especie de traición hacia este antiguo patrimonio, que, además, ya está al borde de la extinción gracias a la globalización, la modernidad, etc. Sin embargo, creo que no puede ser verdad – Es Dios (SWTA) el que creó todas los diferentes pueblos con sus peculiaridades, como signo de Él, no debe ser ignorado y destruido – Islam está dirigido a todas las personas.
Realmente apreciaré todas las sugerencias y aclaraciones.
Respuesta:
Assalaamu alaikum wa Rahmatullah. Vea a continuación.
Máxima No. 5:
Las costumbres tienen el peso de la ley. (Tomado del libro del Dr. Umar Abd-Allah titulado “viviendo Islam con un Propósito”.)
Esta máxima es el tema de un artículo de la Fundación Nawawi “Islam y el imperativo cultural” el cual ilustra la importancia de la cultura en Islam y el imperativo de que los musulmanes en América creen su propia cultura. La máxima “la cultura tiene el peso de ley” afirma que Islam no es culturalmente depredadora y enseña a los musulmanes a considerar a todos los patrimonios culturales con una mente abierta, sobre todo aquellos en los que viven ya que pertenecen a éste.
Una vez, un grupo de conversos etíopes comenzaron a bailar con los tambores y lanzas en la mezquita del Profeta en la celebración de un festival anual Islámico. El Compañero ‘Umar (RA) intentó detenerlos, pero el Profeta (SAWS) intervino y los instó a continuar. En un Hadith, les dijo: “Juega tus juegos, hijos de Etiopía, para que los Judíos y los Cristianos sepan que hay flexibilidad (Fusha) en nuestra religión”. Mediante este y otros actos similares, el Profeta (SAWS) estableció el precedente de afirmar las diferencias culturales y dejó en claro que, para los no árabes, entrar en el Islam no es obligatorio renunciar a sus propias normas culturales para obtener la de los árabes.
El Corán reveló el siguiente versículo al Profeta (SAWS) en la víspera de su emigración a Medina, donde comenzó su actividad legislativa.
Este versículo establece varios principios jurídicos básicos, la aceptación de la cultura es uno de ellos: “Acepta de la gente lo que es natural para ellos; comanda lo que es bueno por costumbre; y apártate de los ignorantes sin responder “(Corán 7: 199).
La actitud del Profeta(SAWS) hacia la identidad étnica y cultural es un ejemplo de la aplicación de este versículo.
Él no destruyó las culturas y subculturas indígenas de la Arabia preislámica, en vez vivió en armonía con ellos, corrigiendo lo que era malo y derogando lo que era incorrecto.
Tal vez, el mejor ejemplo del acomodamiento del Profeta (SAWS) a las normas subculturales árabes era su práctica de propagar el Corán en las siete variaciones dialécticas principales (ahruf) de árabe.
A través de Arabia, las tribus árabes entendían el dialecto árabe de Meca de la tribu del Profeta (SAWS), Quraysh, que sirvió de norma lingüística para todos. El uso por parte del Profeta (SAWS) de las siete variaciones dialécticas no era necesario; fue un gesto de respeto hacia las tribus árabes, que reconocían la integridad de la identidad cultural de cada tribu.
La actitud del Profeta (SAWS) hacia las normas culturales de las tribus árabes y otros grupos étnicos constituye un importante precedente y un nivel básico en la ley Islámica. Debido a que el Profeta dio amplio respaldo a diversas convenciones culturales y no las alteró, excepto cuando era necesario, Abu Yusuf, el estudiante principal del Imam Abu Hanifa, considero la apertura de Islam hacia otras culturas como la Sunna del Profeta (SAWS).
La posición de Abu Yusuf contrasta fuertemente con ciertos musulmanes de hoy que consideran la Sunna (estrechamente definida como ciertos detalles de la vestimenta y el comportamiento personal) como sustituto de la cultura.
La teoría legal Islámica considera normas culturales como fuente independiente y de autoridad de la ley Islámica.
El notable jurista al Sarakhsi declaró: “Cualquier cosa que se estableció por buena costumbre esta igualmente bien establecida como prueba legal correcta.”
Al-Tusūlī, un erudito y prominente juez Maliki, escribió: “Es obligatorio dejar que la gente siga sus costumbres, usos, y las aspiraciones generales de la vida. Dictar resoluciones en oposición a esto es una grave desviación y tiranía”.
La palabra “costumbres” (‘āda) tal como se utiliza en la máxima “las costumbres tienen el peso de la ley” se refiere a las normas culturales aceptables.
Los Juristas definen su uso de la palabra “costumbre” como: “asuntos que están firmemente establecidas en la práctica y frecuentemente repetidas en la vida de las personas y que sean aceptables de buena naturaleza” (al-ṭibā’ al-Salima). La referencia a “buena naturaleza” está ligado a la creencia Islámica de que los seres humanos han sido creados con buena naturaleza; los seres humanos son intrínsecamente buenos y están dotados de un conocimiento básico intuitivo de Dios, del bien y el mal, el beneficio y el daño. En un estado normativo, los seres humanos adoptan normas culturales adecuadas para ellos y para las circunstancias particulares, los tiempos y los lugares en los que viven. Por lo tanto, el propósito básico de las convenciones culturales es obtener beneficios y evitar daños en la mayor medida posible en contextos muy dispares. Desde la perspectiva de la ley Islámica, la naturaleza de las culturas y subculturas indígenas está fundamentalmente ligada al bienestar de los grupos sociales que los han adoptado.
Por esta razón, los juristas musulmanes consideran el respaldo del Islam a diversas normas culturales como un ejemplo de su compromiso primordial con la adquisición de beneficios y la protección contra el daño.
Las convenciones culturales constituyen una parte fundamental de la identidad y tienen un fuerte control sobre la gente acostumbrada a ellos. La ley islámica reconoce esta realidad y lo expresa en la forma de la máxima legal: “La costumbre es la segunda naturaleza” (al-‘āda ṭabī’a thaniya).
Las costumbres están tan profundamente arraigadas en la gente que es difícil distinguirlos de sus naturalezas intrínsecas. Por lo tanto, es más sabio, desde el punto de vista de la ley, dejar las costumbres sin cambios en la medida de posible. Cambiar las convenciones habituales innecesariamente es perjudicial, debido a la fuerte conexión entre las costumbres y las necesidades sociales. Cuando las costumbres poco saludables deben ser alteradas o derogadas, el proceso requiere de estrategias acertadas y hay que darle tiempo. Una vez más, el ejemplo del Profeta (SAWS) establece el precedente; él trajo a sus compañeros a pleno cumplimiento de las normas islámicas gradualmente a través de un proceso que duró más de dos décadas.
Algunos musulmanes cuestionan la validez de las costumbres indígenas citando el Hadiz mencionado anteriormente:
“Aquel que imite (tashabbaha) una cierta gente, pertenece a ellos”
Como se ha señalado, el Hadith condena la imitación “servil” de otra gente; no condena la interacción cultural saludable o el mero hecho de asemejarse a (tashābaha) otras personas.
El valor de dicha interacción es especialmente claro cuando se hace por razones loables como la convivencia armónica y la construcción de puentes de entendimiento y cooperación. Por otra parte, es indiscutible a la luz de un cuerpo de Hadith auténticos que el propio Profeta (SAWS) usó a menudo diversos tipos de prendas no musulmanas de vestir que le fueron entregadas como regalos de Bizancio, Yemen y otras regiones distantes.
Cuando introducidos a esta máxima, “las costumbres tiene el peso de la ley”, algunos musulmanes Americanos tienen inquietudes acerca de si sus costumbres indígenas son aceptables y cuáles no lo son.
En ciertos casos, su respuesta refleja la cultura de la inhibición en la que muchos de ellos crecieron y la presunción general de prohibición común a esa cultura. También hay que señalar que la palabra “cultura” ha adquirido un significado peyorativo para muchos musulmanes en América, especialmente los que provienen de familias de inmigrantes. Para ellos, la palabra “cultura” se asocia a menudo con las viejas costumbres del mundo de sus padres, algunos de cuyos aspectos se consideran “no islámicos”, en conflicto con las normas Americanas, o de otra manera inaceptable.
“Las Costumbres tiene el peso de la ley” no puede ser invocada para derogar lo que es claramente obligatorio o prohibido en la ley profética, y la ley repudia categóricamente costumbres perjudiciales y degeneradas.
Pero, como se ha visto, la ley islámica tiene una actitud abierta hacia las costumbres en general, y, al juzgar las normas culturales, prefiere errar por el lado de la clemencia y no la rigidez.
La presunción de licitud se aplica también a las costumbres indígenas; algunas costumbres también deben presumirse aceptables hasta que se demuestre lo contrario. Una máxima relevante dice: “La permisibilidad es la regla básica en las costumbres” (al-Asl fi al-‘ādāt al-ibāḥa).
Al igual que antes, la carga de la prueba de que una convención/costumbre particular es inadmisible cae exclusivamente en aquellos que la repudian, no en los que la afirman.
No obstante, en los casos límites, la ley prefiere errar por el lado de la indulgencia. La máxima aplicable a este respecto afirma: “La regla básica en las costumbres es la exención” (al-Asl fi al-‘ādāt al-‘afw), lo que significa que están exentos de culpa.
El acomodamiento de las culturas indígenas hizo posible que el Islam sentara raíces indígenas donde se extendió en los continentes de África y Eurasia. Los Musulmanes aprendieron nuevos pesos y medidas.
Adoptaron y enriquecieron los idiomas locales. Además del calendario lunar Islámico, los musulmanes adoptaron calendarios solares y astrales para determinar las estaciones y los mejores momentos para la siembra y la cosecha. Diseñaron estilos distintivos del vestido; la prenda larga de una sola pieza (thawb) y muchos otros artículos de ropa que algunos musulmanes hoy en día llamamos “Sunna” son en gran medida productos culturales y difieren significativamente de la vestimenta del Profeta y sus Compañeros.
El genio cultural musulmán se refleja aún en cosas simples como la forma en que se reciben a los huéspedes y preparan los alimentos y en las grandes cosas como sus logros en los estilos regionales de arte y arquitectura.
Durante todo el período pre-moderno, expresiones locales del Islam fueron testigos de la creatividad cultural indígena. Cuando el Islam entró en Indonesia, los musulmanes encontraron que la llamada a la oración islámica estándar (Adhan) no siempre resulta útil para sus fines. La voz humana no podía llevar bien en las densas selvas tropicales de Indonesia.
Los Musulmanes adoptaron la convención cultural local de la comunicación a través de “parlantes” y tambores. Ellos conservan la Sunna de hacer la llamada a la oración, pero la complementan mediante el uso de enormes tambores, que se colgaban horizontalmente fuera de sus mezquitas y golpeaban fuertemente a llamar a la gente a la oración. Los profundos sonidos, huecos de los tambores resonaron a través de los bosques. Los toques de tambor significaban que el lugar del que procedía estaba vacío y tenía que ser llenado; entonces dejaban lo que estaban haciendo y concurrían a la oración.
En muchas partes de Indonesia, los musulmanes trabajaron en los campos de arroz y llegaban a las mezquitas con los pies sucios de barro. En lugar de recordar repetidamente a los productores de arroz que limpiarán sus pies antes de entrar en las mezquitas, arquitectos indígenas construyeron piscinas poco profundas frente a las entradas de la mezquita. Los agricultores no podían entrar en las mezquitas sin tener que caminar a través de ellos, y limpiar sus pies. Pero el agua estancada en las piscinas crea el peligro potencial de convertirse en hábitat para los mosquitos y otros insectos. Así las piscinas también se utilizaron para hacer crecer el pez carpa; el pez se comió las larvas de insectos, y el pueblo comió el pescado.
Al hablar de la creación de una cultura musulmana indígena en América, hay que subrayar que una cultura no sería única y totalmente monolítica, ni se desarrollaría necesariamente en la línea de la cultura dominante o cualquier subcultura particular.
La cultura Americana, al igual que las culturas humanas en todas partes, no es una sola entidad uniforme. Es un complejo de muchas diversas culturas y subculturas que coexisten. Ellas compiten y se complementan y una a otra y tienen la misma relación con la cultura dominante de la corriente principal. La aprobación de la cultura americana significa tener la mente abierta hacia todas las múltiples expresiones del patrimonio cultural indígena. Como se destacó anteriormente, la máxima “la cultura tiene el peso de la ley” no permite el rechazo de plano de cualquier legado cultural o subcultural; la máxima permite que los musulmanes estadounidenses adopten o adapten lo que les gusta , siempre y cuando no sea perjudicial. Nuestra actitud debe ser coherente con la posición predeterminada del Islam que las costumbres se presumen que son permisibles, beneficiosas, y buenas hasta que se demuestre lo contrario; en los casos límite, tenemos que recurrir a la máxima “la regla básica en las costumbres es la exención.”
En las sociedades musulmanas tradicionales, la adaptación creativa de las normas indígenas eran más beneficiosas que la mera adopción de ellas. Del mismo modo, los musulmanes americanos no tienen que estar contentos con sólo la adopción de buenas normas culturales; a menudo es mejor adaptarlas con imaginación a fin de producir resultados que son más bellos y más beneficiosos que lo que existía antes. En este sentido, los logros notables que ya se han realizado en áreas como la música, la poesía, la comedia, el periodismo, ficción, no ficción, la moda y el diseño de interiores.
Uno de los retos culturales más importantes antes de los musulmanes estadounidenses es diseñar estilos verdaderamente indígenas de las mezquitas estadounidenses. La mezquita de América no debe tener un conjunto único de formas. Como se indicó anteriormente, la cultura estadounidense es múltiple. Las Mezquitas americanas deben reflejar esa complejidad y que se adapte a las localidades y barrios donde se construyen. Varias comunidades musulmanes de América del Norte ya han realizado esfuerzos loables en esta dirección.
A lo largo de la historia, las mezquitas musulmanas han sido los productos de las culturas y subculturas regionales. Islam no dicta un conjunto de diseño de las mezquitas; el único elemento arquitectónico necesario en una mezquita es que tenga un área para la oración. Algunos musulmanes consideran cúpulas y minaretes como características esenciales de la mezquita.
La Mezquita del Profeta (SAWS) no tenía una cúpula o minarete durante su vida.
Cúpulas y minaretes eran innovaciones culturales post-proféticas en el mundo musulmán. La cúpula sería un desarrollo relativamente tardío en la arquitectura islámica; su diseño fue creado para permitir zonas de oración expansivas que no fueran ocupadas por pilares en una edad en que los constructores no tenían acceso a las vigas de hierro y acero. Los minaretes también fueron desarrollos posteriores. Ellas eran ideales para hacer la llamada a la oración en una época sin micrófonos, pero también tenían un segundo objetivo principal. Al igual que los faros de los buques, los minaretes eran originalmente balizas para caravanas. Se encendían hogueras en las cimas de los minaretes después de la oración de la noche para darle a caravanas lejanas un punto de referencia. El nombre “minarete” refleja su función cultural original; en Minara Árabe (minarete) significa “lugar de fuego”. Los Musulmanes en China, Andalucía y el norte y oeste de África no adoptaron domos o minaretes, en parte, debido a que no se adaptaban a sus ambientes.
Una mezquita debe encajar armoniosamente con su entorno. Históricamente, el diseño, la estructura, y el paisajismo de las mezquitas se adaptaban a las normas locales y regionales de arquitectura, topografía y clima. Las mezquitas no deben entrar en conflicto con los gustos y estilos indígenas; no deben aparecer fuera de lugar o dar la impresión de ser trasplantes extranjeros. Al igual que todos los logros arquitectónicos, creación de estilos de mezquitas americanas requiere genio artístico, técnico y cultural. En un momento en que la arquitectura secular es la norma dominante, la mezquita occidental debe ser atractiva y acogedora para los estándares de hoy en día y fácilmente identificables como espacio sagrado.
Dr. Umar Faruq Abdallah
fuente : SeekersHub